La experiencia con caballos

«Una forma innovadora de gestionar los riesgos psicosociales»

Gestión de los riesgos psicosociales

La gestión de los riesgos psicosociales, más allá de ser una obligación legal establecida en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, se erige como uno de los pilares fundamentales para conseguir empresas saludables y el fomento del Bienestar Organizacional. En el contexto empresarial actual, donde la salud y el bienestar de las personas trabajadoras son cruciales, la identificación, evaluación y mitigación de estos riesgos se convierten en una estrategia clave para asegurar no solo la conformidad normativa sino también la sostenibilidad y competitividad a largo plazo de cualquier organización.

Para lograr este bienestar, las empresas deben implementar acciones estratégicas que integren la prevención de riesgos laborales, la promoción de hábitos saludables, la gestión de riesgos psicosociales y el fomento de la salud mental. El objetivo es cuidar a las personas de manera transversal, proporcionando recursos, herramientas, materiales y desarrollando competencias o habilidades de autocuidado y resiliencia.

En este sentido existen diversas estrategias que las empresas pueden abordar para una adecuada gestión de los riesgos psicosociales, entre ellas: proporcionar programas de apoyo psicológico (PAE), dotar de herramientas para la gestión del estrés, implementar programas de promoción de la salud, mejorar las relaciones interpersonales y la comunicación, formar a líderes saludables, etc.

La experiencia con caballos, una forma innovadora de
gestionar los riesgos psicosociales

Presentamos, a continuación una innovadora estrategia que puede añadirse a las anteriores, en la misión de gestionar los riesgos psicosociales y obtener el bienestar emocional de las personas trabajadoras: la interacción con caballos.

La relación entre los caballos y el bienestar, así como su aplicación en la mejora de la prevención de riesgos psicosociales, es un tema cada vez más reconocido tanto en el ámbito de la psicología como en el mundo laboral. La interacción con los caballos, a través de programas diseñados específicamente con este objetivo, puede contribuir a la gestión de estos riesgos y al aumento del bienestar.

Comprender el modelo de relación y comportamiento de los caballos en manada es un ejercicio de extrema complejidad debido a su inherente sencillez, sensibilidad, coherencia y confianza. Esto subraya la relevancia de reflexionar sobre «cómo» las personas hacemos las cosas.

Trabajar con caballos tiene el potencial de fortalecer la inteligencia emocional de las personas. Dada su naturaleza como animales de presa, los caballos son extremadamente sensibles a su entorno y pueden reflejar nuestras propias emociones. Esta interacción facilita la toma de conciencia y la gestión de nuestros estados emocionales, contribuyendo a un ambiente laboral más saludable. A través de ellos, logramos una mayor introspección y autoconciencia, ya que son capaces de percibir nuestro estado de ánimo y nuestras emociones.

Los caballos interactúan con nosotros principalmente a través de la comunicación no verbal, proporcionándonos información mediante la percepción, el sentir y la experiencia. Nos ayudan a recordar la importancia de estar en coherencia con nuestro propio ser.

Aprender a comunicarse con ellos no solo mejora las habilidades comunicativas de las personas, sino que también les permite aplicar estas habilidades en sus respectivos entornos laborales.

Beneficios de la experiencia relacional con caballos

La incorporación de las actividades relacionadas con caballos como parte de programas de bienestar en empresas puede ser una estrategia efectiva para prevenir riesgos psicosociales como el estrés laboral y los conflictos interpersonales.

Describimos a continuación algunos de los  aspectos que la experiencia de relacionarse con caballos puede suponer para contribuir a mejorar el Bienestar Organizacional, a través de la gestión de los riesgos psicosociales en el entorno laboral.

Reducción del estrés

Pasar tiempo con caballos puede ser una actividad relajante que reduce los niveles de estrés, ya que su presencia puede proporcionar una sensación de calma y bienestar, ayudando a aliviar la ansiedad.

Esta efectividad se fundamenta en un principio biológico clave: la capacidad de reducir los niveles de cortisol, conocida como la hormona del estrés y aumentar la sensación de bienestar, lo que puede resultar beneficioso en entornos laborales exigentes. Cuando las personas interactúan con estos animales se produce una disminución significativa en la producción de cortisol en el cuerpo. Paralelamente, se observa un aumento en la liberación de hormonas relacionadas con el bienestar, como la oxitocina, que fomenta la conexión social y la relajación. Este equilibrio hormonal contribuye a una profunda sensación de calma y bienestar, lo que es fundamental para aquellos que experimentan altos niveles de estrés en su vida profesional.

Además, interactuar con caballos puede fomentar una gran conexión emocional. Los caballos son animales sensibles que pueden responder a las emociones humanas, y esto puede ayudar a las personas a desarrollar habilidades en la gestión de sus propias emociones y, por tanto, a gestionar mejor sus niveles de estrés.

En resumen, la experiencia con caballos ofrece un enfoque holístico para abordar el estrés laboral. Al impactar directamente en la fisiología del estrés y fomentar el desarrollo de habilidades socioemocionales, se convierte en una valiosa estrategia para promover la salud mental y el bienestar en entornos laborales exigentes, contribuyendo a una fuerza laboral más feliz, resiliente y productiva.

Fomento de la confianza y autoestima

El cuidado y la interacción con caballos pueden mejorar la autoestima y la confianza en uno mismo, puesto que los individuos aprenden a comunicarse, establecer límites y crear una relación de confianza con estos animales.

La comunicación con los caballos es un ejercicio de claridad y conciencia. Estos animales, al no comprender el lenguaje verbal humano, exigen una comunicación no verbal precisa y coherente. Las personas aprenden a interpretar y utilizar el lenguaje corporal, la intención y la energía para transmitir sus mensajes de manera efectiva. Este proceso desarrolla una mayor conciencia de sus propias señales no verbales y cómo estas son percibidas por los demás, lo que se traduce en una comunicación más asertiva y auténtica en todas las esferas de su vida.

Además, establecer límites es un componente fundamental en la interacción con los caballos. Estos son criaturas sensibles y perciben rápidamente cualquier inconsistencia o falta de claridad. Esto obliga a las personas a definir y mantener límites claros y firmes, tanto para su propia seguridad como para el bienestar del animal. Aprender a establecer y hacer respetar estos límites en un entorno de apoyo y sin juicios proporciona las herramientas para replicar esta habilidad en las relaciones personales y profesionales, fomentando el respeto mutuo y la autoprotección.

Finalmente, la creación de una relación de confianza con estos animales es un proceso gradual y gratificante que fomenta la paciencia, la empatía y la responsabilidad. Los caballos, como presas por naturaleza, necesitan sentirse seguros y confiados para interactuar. Las personas aprenden a ser consistentes, predecibles y justos en su trato, lo que les permite ganarse la confianza del caballo. Esta experiencia no solo fortalece la capacidad de establecer vínculos significativos basados en el respeto y la comprensión, sino que también muestra el impacto positivo de su comportamiento en la construcción de relaciones sólidas y duraderas. En última instancia, esta conexión con los caballos se convierte en un espejo que refleja su propio crecimiento y fortaleza interna, consolidando una buena autoestima y confianza en sus propias capacidades.

Fomento de la cooperación y el trabajo en equipo

Las actividades equinas a menudo requieren trabajar en equipo, lo que puede ayudar a fomentar el sentimiento de comunidad y la colaboración entre los compañeros de trabajo.

Permite el desarrollo de competencias sociales, ya que la participación en actividades con caballos significa a menudo trabajar en equipo o grupo, lo que puede mejorar las habilidades sociales y la capacidad de interactuar con otras personas.

Las actividades equinas, al involucrar la interacción con estos animales, demandan y, a su vez, promueven el trabajo en equipo de manera intrínseca. Esta dinámica puede ser de gran utilidad para fortalecer los lazos entre los compañeros de trabajo, fomentando un arraigado sentimiento de comunidad y una colaboración efectiva.

La necesidad de comunicarse, coordinar acciones y confiar en los demás para manejar al caballo, superar obstáculos o realizar tareas conjuntas, se convierte en un espejo de las interacciones laborales. Al aplicar estas habilidades en un entorno diferente y estimulante, los participantes pueden trasladar lo aprendido a su día a día en su puesto de trabajo, mejorando la cohesión y la productividad del equipo.

Desarrollo de liderazgo y resolución de conflictos

Con los caballos podemos trabajar aspectos como el liderazgo, la comunicación, la confianza y la coordinación para mejorar el trabajo en equipo.

La interacción con caballos ofrece una oportunidad única para desarrollar habilidades de liderazgo y estrategias de resolución de conflictos. Al ser animales sociales que naturalmente siguen a un líder de manada, aprender a guiar a un caballo puede traducirse directamente en la capacidad de liderar un equipo de manera efectiva. Los caballos, al ser criaturas inherentemente sociales y seguir de forma natural a un líder dentro de su manada, ofrecen un espejo viviente de las dinámicas de equipo. Aprender a guiar y establecer una conexión con un caballo no solo fomenta la confianza y la comunicación no verbal, sino que se traduce directamente en la capacidad de liderar un equipo humano de manera efectiva y empática.

Esta experiencia va más allá de la equitación tradicional, adentrándose en el ámbito de la inteligencia emocional y la autoconciencia.

Los caballos, con su aguda percepción, reaccionan instantáneamente a las señales sutiles del lenguaje corporal y la intención, obligando a los participantes a ser conscientes de su propia presencia, coherencia y claridad. Esta retroalimentación inmediata y honesta es básica para identificar patrones de comportamiento y comunicación que pueden ser fuentes de conflicto en entornos laborales. Al ajustar la forma en que se interactúa con el caballo, se aprenden a refinar las técnicas de influencia, motivación y delegación, componentes cruciales de un liderazgo eficaz.

Además, enfrentar el desafío de guiar a un animal de gran tamaño fomenta la resiliencia y la capacidad de mantener la serenidad bajo presión, habilidades transferibles a la gestión de situaciones difíciles en el ámbito profesional. La experiencia en su conjunto cultiva una mayor autoconfianza, fortalece la toma de decisiones y mejora la cohesión del equipo, sentando las bases para ejercer un liderazgo más saludable y productivo.

Mindfulness y conexión con el momento presente

Las actividades con caballos fomentan la conciencia plena o mindfulness, lo que ayuda a los individuos a estar más presentes y a gestionar mejor sus emociones en situaciones estresantes laborales. A través de la interacción con estos animales, los individuos aprenden a centrar su atención en el momento presente, observando sus pensamientos y emociones sin juicio.

Los caballos, como seres vivos que responden al estado emocional y corporal de las personas, actúan como un espejo, ofreciendo retroalimentación inmediata y sincera. Esto obliga a los participantes a ser más conscientes de sus propias reacciones y a desarrollar una mayor autorregulación emocional.

Al integrar el mindfulness y la inteligencia emocional, estas experiencias no solo ayudan a los individuos a estar más presentes y a gestionar mejor sus emociones en situaciones estresantes, sino que también mejoran su bienestar general y su desempeño en el ámbito laboral.

Incremento de la resiliencia

Al enfrentar desafíos inesperados y aprender a adaptarse a las reacciones del caballo, los individuos desarrollan una mayor capacidad para superar obstáculos y recuperarse de situaciones adversas. Esta interacción única fomenta la resiliencia, permitiendo a los participantes no solo afrontar las dificultades con mayor entereza, sino también transformarlas en oportunidades de crecimiento personal. La naturaleza impredecible de la interacción con los caballos obliga a las personas a mantenerse presentes, a confiar en sus instintos y a desarrollar una comunicación no verbal más efectiva.

Además, el compromiso físico y mental requerido para interactuar con caballos fomenta la concentración y la atención plena, lo que puede traducirse en una mayor claridad mental y una reducción de la rumia de pensamientos negativos.

Actividad física

La interacción con caballos también implica actividad física, que puede mejorar el bienestar general, el estado de ánimo y la calidad de vida.

La interacción con caballos no solo es una experiencia emocionalmente enriquecedora, sino que también conlleva beneficios físicos significativos que contribuyen a una mejora integral del bienestar. La actividad física inherente a estas interacciones puede abarcar desde el simple acto de caminar junto al caballo, cepillarlo, ensillarlo, hasta montar, lo que implica un esfuerzo muscular considerable y un desarrollo de la coordinación.

Este tipo de ejercicio, a menudo realizado al aire libre, no solo optimiza la salud cardiovascular y fortalece el sistema musculoesquelético, sino que también libera endorfinas, neurotransmisores conocidos por su capacidad para generar sensaciones de euforia y reducir el dolor. En consecuencia, se observa una mejora notable en el estado de ánimo, ayudando a disipar el estrés, la ansiedad y los síntomas de la depresión.

Esta combinación de beneficios físicos y psicológicos se traduce en una mejora significativa de la calidad de vida, ya que las personas experimentan un aumento en su energía, una mayor resiliencia ante los desafíos y una sensación general de plenitud y satisfacción.

Conclusión

La integración de la interacción con caballos en programas de bienestar laboral puede ser una poderosa herramienta para potenciar la salud emocional y mental de las personas trabajadoras. En el fomento de un entorno laboral saludable, esencial para la satisfacción y productividad, la experiencia con caballos emerge como un recurso adicional que contribuye a la mejora de este proceso. El bienestar psicosocial, un concepto fundamental en la salud integral, abarca mucho más que la mera ausencia de enfermedad mental. Se refiere a un estado dinámico en el que una persona es capaz de desarrollar sus capacidades, afrontar el estrés normal de la vida, trabajar de forma productiva y contribuir a su comunidad. Implica la salud mental, emocional y social, así como la capacidad de un individuo para gestionar sus relaciones interpersonales, adaptarse a los cambios del entorno y mantener un equilibrio interno que le permita funcionar de manera óptima.

En este marco, la interacción con animales, y más concretamente con caballos, surge como una herramienta innovadora y profundamente efectiva. Las experiencias con estos animales y las actividades ecuestres no solo ofrecen un entorno diferente y estimulante, sino que también proporcionan un espacio seguro para explorar y desarrollar habilidades psicosociales cruciales. Los caballos, por su naturaleza sensible y su capacidad de reflejar las emociones humanas, actúan como «espejos» biológicos, permitiendo a las personas una introspección única sobre sus patrones de comportamiento y sus estados emocionales.

Las experiencias con caballos fomentan la comunicación no verbal, la empatía y la confianza, tanto en el animal como en uno mismo. El cuidado de un caballo exige responsabilidad, paciencia y una conciencia plena del momento presente, lo que puede ser altamente beneficioso para reducir el estrés, la ansiedad y mejorar la autoestima. Además, la interacción en un entorno natural y la actividad física inherente a estas experiencias contribuyen directamente a la mejora del estado de ánimo, la reducción de los síntomas depresivos y el desarrollo de la resiliencia. 

En casos extremos se puede acudir a las terapias asistidas con caballos (también conocidas como hipoterapia), que se utilizan para tratar diversas patologías, incluyendo trastornos de ansiedad, depresión y dificultades emocionales.

En definitiva, la experiencia equina se postula como una vía transformadora para potenciar el bienestar psicosocial, ofreciendo herramientas valiosas para afrontar los desafíos del contexto empresarial y construir avances significativos en la salud mental, las relaciones sociales y la autoestima.


Autores

Maria Jané Bassas, Enfermera del Centro de Prevención y Rehabilitación de Asepeyo

Dirección de Prevención de Asepeyo

Paddock Activo Collserola

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